ABP ¿Sostenible?
- Anarwen
- 1 jul 2020
- 3 Min. de lectura
Está claro. Sólo de la necesidad puede nacer el interés y el cambio. Necesidad de llegar más y mejor, de ajustar nuestra manera de enseñar a su manera de aprender, de adaptarnos para ser adaptadores de futuros ciudadanos. Es evidente que el mundo cambia y los docentes debemos cambiar con él.
Y parto de la creencia firme que no hay maestro que no quiera que sus alumnos aprendan. A partir de ahí, comprensión.
Tengo la suerte de haber caído en un centro educativo que promueve el cambio y la innovación. Que está lleno de una generación de profesores que, en su mayoría, coincide en intereses, inquietudes y capacidades. Que tiene un equipo directivo consciente de que ha de dirigir al claustro hacia un futuro educativo innovador y actualizado. Y como tiene que haber de todo, también tiene a compañeros que, por edad, escuela y costumbres, a veces es reticente, pero con la responsabilidad común suficiente como para arrimar el hombro para remar en la misma dirección, aunque los ritmos de remado aún no estén completamente sincronizados.
Y eso es una suerte, pues, considero que cualquier paso hacia adelante, por pequeño y trémulo que sea, es mejor que estar parado.
¿Vivimos una época de cambios o un cambio de época? Creo que es una pregunta a reflexionar.
No llevo muchos años en la docencia, apenas quince, y sin embargo, noto una gran diferencia entre los niños con los que comencé a los que tengo ahora. Han cambiado ellos, sus circunstancias y sus entornos socio familiares. Entonces tenían un tipo de problemática y ahora tienen otro. Estamos obligados al cambio.
El ABP tiene un corto recorrido en mi centro. Apenas dos cursos. Aún tenemos dudas, miedos y mejoras que ni sabemos que tenemos que hacer. Es poca la experiencia pero mucho el aprendizaje.
Sí llevamos más años con el Aprendizaje Cooperativo, del que soy una precursora en mi centro. El primer aula que lo inició en mi centro fue la mía. La experiencia positiva saltaba a la vista, así como la mejora en los resultados. Por lo que finalmente todo el centro se volcó en ello. Considero que aquello aún generó más reticencias que el ABP en algunos profesores. Quizá ese paso y esa transición fue más dura porque suponía un cambio radical entre la enseñanza magistral tradicional a un modelo más interactivo, dinámico y ruidoso. Yo misma tuve bastantes temores. Al final descubres que los miedos suelen estar sólo en tí. Los niños se adaptan a los cambios de una manera extraordinaria. Están programados para hacerlo.
En los últimos meses mucho se ha dicho sobre el miedo. Me quedo con ese filósofo que decía que el miedo al final se reduce al temor de perder algo, que normalmente es nuestra seguridad o, en este caso, comodidad. Lo conocido me ofrece las dos cosas normalmente en nuestras labores docentes. Lo domino, lo controlo y no ocurren incidencias que no esté acostumbrado a gestionar. El AC o el ABP, como cualquier metodología que se inicia, nos saca de nuestra zona de confort. Pero que haya una zona de confort es peligroso. No trabajamos con máquinas, sino con personas, que avanzan, evolucionan en un entorno que también lo hace.
Los alumnos,no obstante, tienen esa capacidad de adaptación en niveles altos, mayores cuanto más pequeños sean ellos. Y así, por ejemplo, en este periodo de confinamiento, en el que nos aterraba encerrarnos con ellos en casa sin colegio ni rutina, resulta que nos han sorprendido y no ha habido que luchar ni que sufrir en exceso. Y han sido cívicos, y han comprendido. Hablo de generalidad, claro.
¿Por qué he titulado esta entrada así? Pues porque creo firmemente en las bondades que el ABP parece ofrecernos y está demostrando, pero considero que los docentes necesitamos de una amplia red de apoyo que nos ayude a apostar por salir de nuestra burbuja de seguridad. Porque hay muchos profes innovadores que no tienen respaldo. Porque estoy convencida de que todos queremos mejorar, pero no podemos avanzar en soledad. Creo que cualquier metodología que no esté instaurada de manera colectiva, como proyecto común de centro no es sostenible, no se nutre,no crece, no se regenera, no engendra y sólo puede estar destinada a sucumbir por agotamiento.

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